uno es un pecador
no hace falta más pretexto
no se precisa más
para arrojarte por la borda
un minuto apenas de vértigo
hasta que el pez abisal
el insaciable pez de dios
con su vasto estómago divino
el insatisfecho el irredento el voraz
vientre acuático de dios
te lleve a bogar por otro océano