Entrar en el aula siempre me supone un esfuerzo. Tengo que visualizarlo varios días antes para hacerme a la idea y evitar que me entre el pánico. He entrado. Está ya casi vacía. La clase ha terminado y están todos saliendo en desorden. El profesor, con ese gesto que pone siempre de desaliento, de batalla perdida, nos habla de varios temas que deberíamos revisar durante las vacaciones de Pascua. Lo resume en la gran pizarra. Escribe con su letra ilegible, cuatro o cinco líneas. No entiendo nada de lo que pone. Pienso que debería anotarlo. Tengo una idea. Cuando ya no queda casi nadie, saco el móvil y hago una foto de la pizarra. Pasan cabezas por delante y tengo que repetirla. Además la pizarra tiene un brillo, con lo que se lee aun peor. Sigo sin entender nada. No es por la letra, es mi ignorancia de lo que significa. Otros imitan mi idea y sacan sus móviles. El profesor nos mira y sonríe. Una batalla perdida.
Tengo casi 30 años, es mi última oportunidad. Todos los que empezaron conmigo ya han terminado los estudios y yo sigo atascado, aquí, sin entender nada. Microscopio de efecto túnel. Una punta cargada, una aguja finísima recorre las irregularidades de la superficie, y con su ínfimo voltaje, despega electrones y la corriente indica la presencia de un átomo. Si no termino este verano, tendré que ir pensando en alguna alternativa. No sé hacer nada, no sirvo para nada, la universidad es como flotar en líquido amniótico, hasta que llega un momento en que no te dejan seguir ahí y tienes que salir al exterior, salir al mundo, el mundo.
Llego a los ascensores. De pronto la veo entrar en uno. Con una breve carrera, me cuelo junto con ella. Estamos solos en el ascensor. Noto como si me tuviera miedo. Qué tontería, ni que fuese una película de terror. Los ascensores del politécnico son muy seguros, siempre llenos de gente, caras conocidas. Una gran confusión. Pero ella y yo allí, solos, mirando al suelo. No me atrevo a alzar la vista, me parece un gesto como agresivo. El abrigo de cuero rojo, las enormes gafas circulares, me recuerda a Laura San Giacomo; o a Cynthia Gibb. Es muy bonita. Quizá, hasta es simpática. Pero me mira como si le diera miedo. Uuuh, el asesino del ascensor.
Llegamos al hall. Ella se dirige a la salida, entre los que llamamos NPCs. Me mira de reojo. Al principio voy tras ella. De pronto, cambio de dirección y me dirijo a la cafetería. A esta hora debería comer algo. Pero esa cafetería… comedor de cárcel, cafetería de hospital, se le quitan a uno las ganas de todo, la gente comiendo cualquier cosa, a toda prisa, entre todas esas bandejas sucias, para volver cuanto antes a la habitación de su familiar enfermo, no sea que por alargar el café se lo encuentren ya muerto.
No puedo, ya comeré luego. Necesito salir al exterior. Hace un frío horrible de principio de primavera. El cielo cubierto, densas nubes negras, una luz escasa, como si estuviera a punto de nevar. Me dirijo al coche. Pienso que es ostentoso, que todos me miran con un gesto mezcla de desprecio y envidia. Ellos van al politécnico en scooter o en metro, y yo con el precioso MGB.
Como un milagro, Cynthia está allí. Me esquiva la mirada. No puedo sacarme de la cabeza la canción. 20 de Abril. Cuando me caí y me encontré en el suelo rodeado de gente, no era capaz de recordar lo que me había sucedido. La fibrilación auricular es una forma muy corriente de arritmia. La medicación es muy agresiva. Hepatotóxica, afecciones en el tiroides, con un poco de mala suerte, fracaso renal. Yo sigo con mis canciones. Y tú sigue con tus sueños. If I only had time. Juntas de Josephson. Les dieron el premio Nobel. If only I could wake. No entiendo lo que ponía en la pizarra.
Alucinante este ¿ sueño, desmayo? tuyo..
ResponderEliminarUn psicoanalista haría maravillas con él ; )
Fantásticamente bien descrita esa angustia de no saber si seremos capaces de terminar la carrera, de no entender nada ( yo soñé durante años que me ponían un papel de examen delante y no sabía la respuesta de ninguna pregunta, muchos años después de terminar : ) y esa chica ...era la amiga de Julia Roberts en Pretty Woman ¿ verdad?, ese coche, tienes buen gusto jaja y esa canción de Celtas Cortos que hasta reproduces “ yo sigo con mis canciones”… Un poco angustioso pero me ha gustado mucho tu túnel y...
Por supuesto tb esta maravilla de Tchaikovsky en los virtuosos dedos de Anna Fedorova.. hace tiempo prometí dejarte una canción que entonces me recordó a ti, porque era de una portuguesa muy dulce, al hilo de aquel tema, de un brasileiro de una de tus últimas entradas, pero, después de lo que acabo de escuchar ya no pega, mejor te dejo otra que además es una de mis piezas favoritas de siempre y Anna Fedorova domina a Rachmaninov, la obra se titula variación 18 sobre un tema de Paganini de Rachmaninov, aunque en el video ponga lo que pone … para que te recuperes de la arritmia : )
Hola María, un placer verte por aquí.
EliminarYa veo que te has leído con atención eso que he escrito, lo cual es muy de agradecer. El caso es que me levanté una mañana y me puse a escribir sin parar, apenas cambié algunos detalles. Luego me pareció todo muy caótico, pero como a mí no me paga nadie, pues lo dejé tal cual en el blog, tampoco es que tenga yo una audiencia como para que me echen coplas.
Unas puntualizaciones necesarias: el texto es totalmente de ficción, aunque no me canso de repetir que un texto debe contener elementos de realidad para tener algo de fuerza. Qué más quisiera yo que tener un MGB, pero no es el caso. En cambio la "angustia del mal estudiante" sí que es un sueño recurrente, y al parecer muy extendido. En efecto Laura San Giacomo es Kit, compañera de piso de Julia Roberts en "Pretty Woman". Esas referencias me ahorran tener que hacer descripciones complicadas. La gente que lee algo que escribo reacciona haciendo el gesto que los apaches usan para decir "mí no entender", pero es que la mayoría de las veces no hay nada que entender. Hay textos que son pequeñas llamadas de atención, y el lector, que se lo curre y componga el resto.
Tengo muy buena memoria auditiva, lo cual es una maldición, porque cuando se me mete una melodía en el cerebro no hay forma de sacarla… excepto con otra melodía. Sólo me pude librar de la canción de Celtas Cortos cantando mentalmente el Himno de la Legión. No fue buen negocio. A veces me duermo con una canción en la cabeza y cuando me despierto, sigue ahí.
Anna Fedorova (ellos dicen "Fiedórrova") es la mejor de su generación, aunque es sólo una opinión mía. Y conozco la pieza que mencionas. Tuve la suerte de escuchar el sonido de un piano ya en el claustro materno. (¿Será por eso que no me libro de Celtas Cortos? ;-) Rachmaninov ("Rajjmáninof") es como una fiera peluda. Dicen que (al igual que Liszt) componía partituras tán complejas para hacer la puñeta a sus colegas: sólo él las podía tocar.
Estoy bien de salud, gracias por preguntar, aunque a medida que pasan los años, van apareciendo pequeñas putaditas médicas, que acaban desembocando en una grande. Grand Finale. Como los conciertos para piano. Así funciona esto.
Cuídate mucho y ríete todo lo que puedas. Siempre agradecido por tus visitas.