En 1975, el ornitólogo norteamericano Doug Pratt — también fotógrafo, especialista en canto de aves, ilustrador y músico — viajó a la isla Kaua'i, la cuarta en superficie del archipiélago de Hawaii con el objeto de fotografiar y grabar el canto de un pájaro endémico de la isla, (Moho braccatus) denominado ʻōʻō en el idioma local.
La tarea era complicada por la peculiar orografía de la isla, barrancos profundos entre paredes verticales, todo cubierto de vegetación tropical. Además el pájaro era muy escaso en número (se estimó que en 1960 quedaban sólo 34 individuos). Aún así, consiguió una grabación del canto. Los ornitólogos distinguen entre 'voz' y 'canto' de un ave. Voz es cualquier sonido del ave para indicar su posición ('contacto'), la presencia de un peligro o comunicarse con una bandada, por ejemplo; en cambio el canto es principalmente un reclamo del macho en época de reproducción, o una indicación territorial para otros machos.
El canto del ʻōʻō es peculiar: Se compone de notas musicales bien definidas, (que pueden representarse en notación musical) siempre en la misma secuencia, repetidas a intervalos regulares, y con un timbre aflautado común en las aves tropicales. El único pájaro en España con esa clase de canto es, que yo sepa, la oropéndola (Oriolus oriolus).
Este es el canto del ʻōʻō en notación musical:
Años más tarde, David Boynton, un naturalista de Hawaii, fotografió el ʻōʻō y registró el canto 'nupcial', el reclamo del ʻōʻō macho para atraer a las hembras próximas. Este canto se compone de estrofas separadas por pausas silenciosas, en las que se supone que la hembra responde al reclamo con su propio canto característico. Pero en la grabación de Boynton no se oye nada en las pausas: Ninguna hembra responde.
Nunca se ha vuelto a escuchar el canto del ʻōʻō. Boynton había grabado el último canto del último pájaro de su especie, que repetía contínuamente su llamada, sin respuesta.
La especie fue declarada extinta en el año 2000. Con ello se extinguió también toda la familia (en el sentido taxonómico) a la que pertenecía la especie, y es el único caso de extinción total de una familia completa de animales ocurrida en tiempos recientes.

Es un texto precioso y triste. He imaginado al pájaro cantando en ese paisaje maravilloso, sin saber que no iba a tener respuesta. Y he imaginado al naturalista grabando el canto sin saber que era la última oportunidad. Es una coincidencia milagrosa. Muy conmovedor, gracias por contarlo.
ResponderEliminarPor otro lado, esto me he hecho pensar en esa teoría lingüística que considera el canto de ciertos pajaros como origen del lenguaje humano.
https://juguetesdelviento.blogspot.com/2015/06/el-origen-del-origen_1.html
Saludos!