Underrated

Sí, todo hay que decirlo hoy en día en inglés. Underrated, o sea, subvalorado. Me refiero a cantantes, femeninas, de épocas pasadas, que nunca fueron valoradas como primeras damas de la música popular.

Se suele mencionar a Linda Ronstadt (posiblemente la mejor voz pop de la segunda mitad del siglo XX); o a Joni Mitchell, excelente como compositora y letrista, aunque estropeó su voz por culpa del tabaco; o la prematuramente desaparecida Laura Nyro. O en el terreno del folk, Mary Travers, Cass Elliot, y tantas otras.

Pero estas que traigo aquí hoy nunca traspasaron esa barrera invisible de la popularidad, nunca fueron famosas. Y sin embargo, sus cualidades como cantantes igualan o superan a otras más conocidas. Y tenían el coraje de pisar terreno desconocido.

Cantantes femeninas subvaloradas; ángeles olvidados; unsung heroines; chicas haciendo música por debajo del alcance del radar, poniendo la música por encima de cualquier otra cosa, a las que posiblemente no les prestásteis la atención que merecían, la que os estaban suplicando.

Julie Driscoll (+Brian Auger & The Trinity)







Julie Driscoll, de los tiempos del "swinging London". Apareció de repente con "This Wheel's On Fire", un cover de una canción de Bob Dylan. Junto con Brian Auger, un eficaz teclista con el órgano Hammond. Después pasó a segundo plano, y aunque ha seguido trabajando —como muchas más para sus incondicionales, nunca alcanzó el status de diva. Su voz excepcional impresiona todavía hoy, para quien tenga la curiosidad y el tiempo para escucharla. Para mí, será siempre una de las grandes.


 Sonja Kristina Linwood (Curved Air)




Sonja Kristina (aka 
Sonja Kristina Linwood)  era profesional. Participó en el primer casting londinense de "Hair", y luego pasó a ser cantante de Curved Air, un grupo que intentó ir un paso más allá, hacer algo que no era prog-rock, algo como un género nuevo que dignificase el pop con músicos de calidad y un sonido peculiar que no tuvo imitadores (como le pasó a Jethro Tull o a King Crimson). Pero la gente ya no quería eso, así que pasó a los circuitos reducidos de seguidores fieles, eso sí que fue verdaderamente música "underground". Como todas estas, voz impresionante y presencia escénica única. De ella dice el que luego sería su marido, Stewart Copeland (batería de 'Police'):

Sonja Kristina has arrived on stage. Suddenly there is no band, no stage, no college kids. Just Sonja glinting in the green light. She moves like smoke across the stage, hardly seeming to move at all, but underdulating in slow motion. Who cares what the band is doing? As a muso I've never bothered with singers, considering them to be musical passengers. How wrong I've been! She's not even singing yet, and she owns  everything.


Jacqui McShee (Pentangle)





Jacqui McShee. Considerada una de las tres grandes del folk británico, junto con Sandy Denny (Fairport Convention, Fotheringay) y Maddy Prior (Steeleye Span). Siempre discreta, cantando sentada, con gafas oscuras o una gran pamela ocultándole el rostro, decía en uno de sus discos: "Solía cantar con mi hermana, hasta que la cambié por cuatro hombres". Y vaya cuatro. Danny Thompson y Terry Cox, que habían trabajado con Alexis Korner, y John Renbourn y Bert Jansch, posiblemente los guitarristas más reputados de la escena folk británica. Jacqui, dotada de unas cualidades vocales que exceden lo que se entiende por "buena voz", rehizo "Pentangle", cuando ya Bert y John habían muerto, y siguió haciendo lo que le gustaba, creo que lo sigue haciendo aun, que Dios la bendiga.


Annie Haslam (Renaissance)



Annie Haslam. Posiblemente la mejor de todas. Con una voz fuera de lo común que abarca cinco octavas, es por muchos considerada la mejor voz blanca de la segunda mitad del siglo XX. Yo estoy completamente de acuerdo. Siguiendo su instinto, huyó de la música comercial, en la que podía haber sido la número uno, y se unió a un grupo peculiar, "Renaissance", que pretendían hacer (al igual que "Curved Air") algo un poco más allá del pop de la época, que empezaba ya a degenerar en cosas como el punk, y otras fiebres de sábado noche. Y al igual que las demás, arropada por un público fiel y ya algo maduro ha seguido haciendo lo que le gusta, sin concesiones a la industria. Es la J.D. Salinger de la música. Yo canto, y vender discos es accesorio, incluso innecesario. Una inspiración para quien sea capaz de apreciar el arte, en este caso musical.

2 comentarios:

  1. No conocía los nombres de estas cantantes, aunque los grupos sí (o al menos los he oído mencionar a mis amigos más conocedores). Ya sabes que yo soy una ignorante en esto de la música, como en tantas otras cosas, pero me gusta pegar la oreja cuando hablan los que saben.

    Oyendo las muestras que has puesto aquí, diría que mi favorita es Jacqui McShee. Además me ha gustado mucho esa discreción (¿o timidez?) que has referido.

    Aunque también me ha encantado la actitud de Annie Haslam, y tu comparación con Salinger.

    Saludos.

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    1. En música —en todo, realmente— no hay ni ignorantes ni conocedores. Es sólo que cuando algo te entusiasma, vas acumulando información y te acabas convirtiendo en un "erudito" en la materia, sin proponértelo. Seguro que a tí te pasa con la literatura. Pero tampoco busco el saber enciclopédico per se, como algunos que ambos conocemos.

      Si alguna de las cantantes que muestro ha conseguido transmitirte el sentimiento que eran capaces de poner en sus voces, ya puedes decir que eres una experta.

      Gracias por la visita.

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